La obesidad no solamente puede desencadenar alteraciones cardiovasculares y otras patologías como hipertensión, hiperlipemia (lípidos elevados en sangre), hiperucemia (elevado ácido úrico en sangre), diabetes mellitus tipo 2 o enfermedades reumáticas. El sobrepeso conlleva, también, problemas respiratorios. Entre ellos, además del síndrome de obesidad-hipoventilación (SOH), que está captando la atención de los estudios científicos más recientes, cabe destacar una afección muy común: el conocido como síndrome de apnea del sueño. También llamado SAHS, síndrome de apnea-hipopnea obstructiva del sueño.

La alteración de los patrones de sueño y su incidencia en el metabolismo y en la calidad de vida es mucho más importante de lo que podríamos pensar. ¿Qué es el síndrome de apnea del sueño? ¿Influye negativamente la obesidad en los trastornos respiratorios? ¿Qué implicaciones tiene la apnea del sueño en el día a día de los pacientes? ¿Qué medidas pueden tomar las personas con sobrepeso para mejorar la calidad de su sueño?

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Síndrome de apnea del sueño y obesidad

 Se estima que entre cinco y siete millones de personas padecen apnea del sueño en España. Y que alrededor del 80% no están diagnosticados. Los síntomas más evidentes de esta patología se traducen en interrupciones de la respiración mientras los pacientes están dormidos, acompañadas de fuertes ronquidos. De modo que no solamente afecta a las personas que lo sufren, sino también a quienes comparten las horas de sueño con ellos. Una de las consecuencias preocupantes de estas “pausas de apnea” es que los pacientes dejan de respirar, literalmente, durante un periodo de tiempo estimado en un minuto o un minuto y medio. Durante ese tiempo, el cerebro no recibe oxígeno de forma adecuada.

La hipoxia o deficiencia de oxígeno en la sangre se ha vinculado, en los últimos años, al desarrollo de cáncer y otros tipos de enfermedades. Por ello la apnea del sueño y sus comorbilidades preocupan cada vez más a especialistas de diferentes disciplinas: bronco-neumología, unidades especializadas del sueño y, por supuesto, especialistas en el tratamiento de la obesidad. Puesto que el sobrepeso es uno de los riesgos principales del síndrome de apnea y otros trastornos respiratorios. Y la incidencia es alarmante.

En varios estudios se habla, incluso, de que hasta un 50% de los pacientes que sufren obesidad mórbida padecen apnea del sueño u otras enfermedades vinculadas a la obesidad. Solemos encontrarnos, por lo tanto, un perfil relacionado con obesidad, síndrome metabólico, hipertensión, colesterol y diabetes mellitus tipo 2. Y, como ya sabemos, todas estas características están íntimamente relacionadas.

Disminución de la calidad de vida por el síndrome de apnea del sueño

Sin embargo, no es necesario irnos a casos muy extremos para observar algunas de las incómodas consecuencias de esta patología. Por no hablar de la disminución sistemática de la calidad del vida. El sueño reparador no parece existir para las personas que padecen este síndrome. Algunos de los síntomas más evidentes son la falta de sueño sistemática. La somnolencia diurna y la fatiga forman parte de la vida de estos pacientes de forma habitual. Y esto puede llegar a ser peligroso en acciones tan cotidianas como conducir.

El cansancio, la fatiga y la somnolencia pueden generar un círculo vicioso, una “pescadilla que se muerde la cola”, en los pacientes obesos. Puesto que les aleja de adoptar hábitos de vida saludables: la falta de introducción de actividad física se agrava con el abrazo del sedentarismo ante esa constante sensación de agotamiento.

La disminución de peso puede mejorar y hacer desaparecer la apnea del sueño

Como es evidente y fundamental, las personas que presenten síntomas relacionados con la apnea del sueño u otros problemas respiratorios deben acudir también a los especialistas en la materia (neumólogos, unidades del sueño y otros profesionales en trastornos ventilatorios). De hecho, los pacientes que presentan obesidad también han de someterse a un estudio más específico en relación con las alteraciones de su respiración, sus hábitos de sueño y sus ritmos circadianos.

La buena noticia es que la apnea del sueño tiene tratamiento. Una vez el diagnóstico se ha consensuado con el especialista de esta materia, se debe valorar la incidencia del sobrepeso en dicho paciente. La pérdida muy significativa de peso, mantenida en el tiempo, no solamente puede mejorar la sintomatología. En muchos casos la apnea puede llegar a desaparecer.

En los casos calificados de moderados o severos, el tratamiento más común para la apnea suele ser la máquina CPAP y su presión positiva continua de la vía aérea. Una medida que resulta muy incómoda y farragosa para los pacientes y sus familiares. Por ello, la cirugía bariátrica como solución para una gran pérdida de peso mantenida con éxito en el tiempo, es una de las alternativas más interesantes en pacientes obesos que sufren apnea.

En Más vida sin obesidad, desde nuestro abordaje multidisciplinar del tratamiento de la obesidad, estaremos encantados de asesorarte. No dudes en contactarnos y comenzar una nueva vida.